«Toy Story 4» se llevó el domingo a casa el Óscar a la mejor película de animación, cosechando la tercera estatuilla dorada para la innovadora franquicia de Pixar sobre un entrañable grupo de juguetes, el valor de la amistad y la aceptación a los cambios.
Hollywood, Estados Unidos | AFP | lunes 09/02/2020 – La cinta fue galardonada con el Óscar a mejor filme animado, que ganó en 2011 en la tercera entrega, además de ganar mejor canción original.
La cuarta entrega de «Toy Story», también nominada a mejor canción, será la última entrega de la exitosísima saga que comenzó en 1995 como el primer largometraje de Pixar, entonces un estudio desconocido y por el que no todos apostaron de inmediato.
Desde la primera entrega, en 1995, la tecnología ha cambiado abismalmente, y las cuatro películas muestran la evolución en la calidad de la animación.
«La fundación de Pixar es ‘Toy Story'», indicó el director de la película Josh Cooley en una entrevista con la AFP en junio pasado. Woody, Buz, Rex «son el Mickey, el Donald, el Goofy de Pixar».
«Sentí una gran presión, no podía dormir, pero al mismo tiempo fue un honor porque amo a estos personajes muchísimo».
Muchos, incluidos los animadores de Pixar, estaban convencidos de que la saga terminaría en trilogía.
Pero surgió la pregunta «¿Qué sigue para Woody?», explicó entonces Cooley durante la visita a los estudios en Emeryville, a las afueras de San Francisco.
El tercer capítulo termina con Andy, el niño del que Woody fue su juguete favorito por años, hecho un hombre, regalándole sus juguetes a Boonie.
«Está en una habitación diferente con una niña diferente, juguetes diferentes… algo que nunca había vivido, y sentimos que teníamos el inicio de otra historia», siguió Cooley.
– El estudio más exitoso –
Además del encuentro de Woody (Tom Hanks), Buz (Tim Allen) y el resto de la pandilla, la producción marcó además el regreso de Bo Peep (Annie Potts), ahora con un papel protagónico, y el debut de Duke Caboom, con la voz de Keanu Reeves.
La muñeca de porcelana, que adornaba en el pasado una lámpara, no tiene niño, algo que a los ojos de Woody es una tragedia. Pero a ella parece importarle poco.
Descartada por estar astillada, Bo asumió con gallardía su libertad, maneja un auto de pilas y su bastón de pastora con agilidad: es una muestra de la mujer independiente, empoderada, que muchas personas quieren ver hoy reflejada en el cine.
Becki Tower, que trabajó en la animación del personaje, dijo sentirse «emocionada» por esta muñeca que representa a la mujer «fuerte, innovadora, atrevida».
Pero aclaró que Bo, que apareció en las dos primeras películas, no regresó de esta forma en respuesta a las presiones de movimientos como el Time’s Up, que exigen más equidad de género.
La cinta ya se había comenzado a desarrollar mucho antes, quizás incluso antes de la salida de John Lasseter, creador del universo «Toy Story», a raíz de varias denuncias de acoso sexual en medio del movimiento #MeToo.
Lasseter, que dirige la nueva unidad de animación de Skydance Media, es conocido por transformar a Pixar de un pequeño departamento gráfico de Lucasfilm en el estudio de animación más exitoso del mundo.
El productor Jonas Rivera dijo a la AFP el año pasado también en los estudios en Emeryville que el «ADN y el amor de los juguetes y los personajes que él propuso» aún se mantienen, pero aclaró que «Toy Story» ha evolucionado: «Nos hemos hecho cargo, la segunda y tercera generación de cineastas de Pixar, la hemos hecho un poco nuestra».
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